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BLOG DE JUAN YÁÑEZ.., quien se complace de tenerlos por aquí...

Así los últimos serán los primeros y el primero el último: Pues muchos serán llamados, pero pocos los elegidos...Mateo 20:1-16

No somos seres humanos pasando por una experiencia espiritual.., somos seres espirituales pasando por una experiencia humana.

sábado, 18 de abril de 2015

"No hay nada en el mundo que se le compare"

La basílica de Lujan (en primer plano mi hija Yenny, enero/2009)
Un testimonio del periodista Gustavo Carabajal tras 16 años de participar en la peregrinación a la Basílica de Nuestra Señora de Luján, provincia de Buenos Aires, Argentina.

                                      Participé de la peregrinación a Luján durante 16 años y no hay nada en el mundo que se compare con semejante manifestación de fe.

Puede existir alguna diferencia entre la cantidad de caminantes entre un año y otro, pero lo que no decrece es la intensidad y la fuerza del espíritu de la gente.

Llegar a la basílica después de caminar los 65 kilómetros que separan Luján de Liniers no es sólo cuestión de un desafío personal, sino también una demostración de fe.

No hay una explicación lógica de por qué uno sigue participando de la peregrinación a pie a Luján.

Caminar a Luján y ofrecerle a la Virgen semejante sacrificio no tiene una motivación, al menos para mí, en el cumplimiento de una promesa.

Recorrí 16 veces el camino completo de Liniers a Luján para agradecer lo que me pasó en la vida. Lo bueno y lo malo.

Cada vez que voy a Luján no dejo de conmoverme con la voluntad de todos los peregrinos. Con la energía que ponen para caminar y llegar. Con los voluntarios que están día y noche al costado de la ruta para ofrecer agua y alentar con sus cantos. Con aquellos que fueron asignados a los puestos sanitarios.

Debido a una neumonía que sufrí hace dos años, tuve la necesidad de evitar la lluvia que arreció en la Capital y el Gran Buenos Aires durante la madrugada del sábado. Por eso elegí comenzar a caminar desde Moreno y no desde Liniers, tal como lo había hecho en las otras 16 oportunidades. A esto había que sumarle el sobrepeso acumulado en los casi cinco años que pasaron desde la última peregrinación en la que participé.

Fueron casi 40 kilómetros de caminata en los que advertí como nunca la presencia de voluntarios y puestos sanitarios para la atención del caminante.

A comparación de otros años, esta vez no vi muchos excesos en los precios de las bebidas y en las tarifas de los baños.

Dependiendo del lugar, las casas situadas al costado de la ruta cobraban $ 5 para poder usar el baño, mientras que un "choripán" y un sándwich de vacío se cobraban entre 10 y 15 pesos.

Aunque predominaban la gente joven y grupos de adolescentes, se pudo ver mucha gente de mi edad, entre 40 y 50 años; varias parejas de la misma edad, y algunos matrimonios con chicos con los carritos de bebes.

Cuando comenzaba la caminata en Liniers, este cronista acostumbraba hacer el trayecto hasta General Rodríguez sin detenerse. Allí se realizaba una pausa de media hora para comer algo rápido y afrontar los últimos 17 kilómetros que restan hasta Luján.

Mi hija Yenny posando en la basílica. Enero de 2009 

Este último fue el tramo más duro, donde las referencias de los puentes sobre la rutas 6 y 5 parecen alejarse en lugar de parecer más cercanos ante cada paso que se da. Una vez que uno creyó dar todo y que el trayecto terminó cuando llegó al puente del arco o del escudo en la entrada de Luján, todavía quedan 50 cuadras hasta la basílica.

Se entra por la calle Las Heras hasta que llega al 100 y de allí son dos cuadras a la derecha. Para entonces, y después de tantos kilómetros recorridos, no hay parte del cuerpo que no duela.

Pero todo ese dolor se transforma en alivio cuando uno comienza a subir las escalinatas de la basílica para agradecerle a la Virgen. No hay nada que se compare con esa sensación de haber hecho todo, de haber dejado todo por la fe..

Por Gustavo Carabajal - Fuente: La Nación - Gentileza de Yocreo.com

miércoles, 11 de marzo de 2015

Palabras de Francisco que nos sirven a todos en estas aciagas circunstancias en que Venezuela vive momentos de desesperanza, dolor e incertidumbre.


Las palabras de Francisco (Papa) no pueden ser más reveladoras y oportunas.

“En estos momentos hago una oración por todos aquellos que se han sentido cansados y sin fuerzas, para ti en especial, oro a Dios con todo mi corazón. ¡Se valiente! Dios sigue estando a tu lado y esa es una garantía total de que obtendrás la victoria. Él está a tu favor y te dará todo lo necesario para seguir adelante. Él te ha capacitado con aquellos dones con los puedes alcanzar la felicidad. ¡Confía! Recuerda lo que dice su Palabra: "Dios les da nuevas fuerzas a los débiles y cansados." (Isaías 40, 29) ¡Ánimo! El Señor te bendiga”.

Oración que nos sirve a todos en estas aciagas circunstancias en que Venezuela vive momentos de desesperanza, dolor e incertidumbre. Necesaria es la firme disposición de fortalecernos interiormente para seguir adelante con la mayor fe, entusiasmo y por sobre todo valentía.


Bendito sea Dios… 

domingo, 1 de marzo de 2015

El Papa reza por las víctimas en Venezuela y en particular por el niño asesinado en San Cristóbal, Venezuela


EL BLOG OPINA 
                            Lamentable exhorto de una personalidad que ha dado ejemplo de humildad durante toda su vida y quien dedicara su ministerio a llevar un mensaje de amor y tolerancia con los seres más desposeídos. Este nefasto gobierno quien sigue en una alocada transgresión de los derechos humanos, dedicado a perpetuarse en el poder a costa del empleo de las armas contra cualquiera que proteste con legítimo derecho...   

                                             El papa Francisco exhortó hoy a rechazar la violencia en Venezuela al recordar que “está viviendo nuevamente momentos de aguda tensión” y animó a reabrir un diálogo “sincero y constructivo”.
“Deseo recordar Venezuela, que está viviendo momentos de aguda tensión. Rezo por las víctimas y en particular por el chico asesinado hace pocos días en San Cristóbal”, dijo Francisco tras el rezo dominical del Ángelus.
El papa Francisco, que ya ha instado en el pasado en varias ocasiones a la reconciliación en este país, leyó este llamamiento tras recordar también las persecuciones a los cristianos en Siria e Irak.
En su llamamiento, exhortó “al rechazo de la violencia y al respeto de la dignidad de cada persona a la sacralidad de la vida humana”.
Asimismo, animó a “retomar un camino común para el bien del país reabriendo espacios de encuentro y de diálogo sinceros y constructivos”.

Francisco concluyó su mensaje “confiando a este querido país a la intercesión materna de Nuestra Señora de Coromoto (la patrona de Venezuela)”.
La crisis venezolana se ha agudizado los últimos días tras la denuncia del presidente Nicolás Maduro de haber desarticulado una trama golpista de parte de la oposición y un grupo de militares de la fuerza aérea bolivariana, varios de los cuales están detenidos.
El joven al que se refirió hoy el papa era Kluivert Roa, de 14 años, que murió el pasado 24 de febrero tras recibir un disparo en la cabeza durante una manifestación en San Cristóbal, en una jornada en la que la capital del estado de Táchira vivió una serie protestas en varios puntos.

Una parte de la oposición había pedido el pasado 25 de febrero la “intervención” del papa Francisco y la opositora María Corina Machado acudió a la sede de la nunciatura apostólica en Caracas para entregar una carta dirigida al pontífice argentino.
El papa Francisco ya ha instado en el pasado en varias ocasiones a la reconciliación en este país, reseñó EFE.
La agencia Reuters destacó que el Papa Francisco llamó el domingo a poner fin a la violencia política en Venezuela y dijo que rezaría por un adolescente muerto durante una protesta contra el Gobierno del país sudamericano la semana pasada.
Las protestas contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro se tornaron violentas en la ciudad de San Cristóbal, donde Kluivert Roa, de 14 años, fue muerto a tiros. Un policía de 23 años fue detenido y acusado como responsable de su muerte.
En su rezo semanal del Ángelus en la Plaza de San Pedro, Francisco, el primer Papa latinoamericano, llamó a todas las partes a renunciar a la violencia e iniciar conversaciones.
“Me gustaría recordar a Venezuela, que nuevamente pasa por nuevos momentos de aguda tensión (…) rezo por las víctimas y en particular por el muchacho muerto hace unos días en San Cristóbal”, comentó Francisco, que nació en Buenos Aires, Argentina.
“Llamo a todos a rechazar la violencia y pido respeto por la dignidad de todas las personas y la sacralidad de la vida humana y los aliento a volver a un movimiento común por el bien del país, con la apertura de áreas para una reunión y un diálogo sincero y constructivo”, agregó.

viernes, 30 de enero de 2015

Un sacerdote cuelga el hábito ovacionado por los parroquianos porque va a ser padre.

El sacerdote Claudio Cavallo
ÁNGEL GÓMEZ FUENTESAGFUENTES1 / CORRESPONSAL EN ROMA
Día 30/01/2015 - 17.37h

                             El italiano Claudio Cavallo anunció tras la homilía que va a tener un hijo en marzo con una de las vecinas pero que va a seguir trabajando para la Iglesia
El caso es insólito en Italia. El sacerdote Claudio Cavallo, de 50 años, ha anunciado al final de su homilía que debía abandonar la sotana y la parroquia para fundar otra familia, la formada con su compañera de 47 años, una parroquiana con la que tendrá un hijo que nacerá en marzo. «Debo daros una noticia insólita», comunicó el propio don Claudio a los fieles que llenaban la iglesia de Borgo San Dalmazzo, un pueblo de 12.000 habitantes de la provincia de Cuneo, en el norte de Italia.

El sacerdote, que pasó diez años como misionero en África, se despidió emocionado de sus feligreses. «En la Iglesia no es posible todavía desarrollar el ministerio sacerdotal y al mismo tiempo formar una familia. Después de una larga y seria meditación, oración y diálogo con mis superiores, he decidido afrontar un nuevo camino. La Iglesia es madre y continuaré trabajando por la Iglesia que amo y por la que me he dedicado por entero».

Estas palabras de don Claudio fueron acogidas por los fieles con un caluroso aplauso que duró varios minutos y muchos no lograron contener las lágrimas. A la hora del adiós, el sentimiento de los parroquianos era unánime: «un bravo sacerdote que ha entrado en el corazón de la gente».

El obispo de la diócesis, Giuseppe Cavallotto, afirma en un comunicado que «se ha tratado de una decisión vivida con sinceridad y dictada por la coherencia con su nueva orientación de vida; continuarán siendo un hijo de esta Iglesia y nuestro hermano que amamos».

Algunos conocían su «relación»
Cuando llegó al pueblo hace cinco años y medio, don Claudio se presentó así en la parroquia: «El sentido de ser cura hoy se encuentra si uno está en medio a la comunidad y manteniendo relaciones reales con todos». Este ha sido su estilo y por eso era apreciado. Algunos conocían su «relación» con una parroquiana, pero ninguno se escandalizó y en general hoy se comparte esta opinión: «Ha sido un cura extraordinario, preparado. ¿Qué mal hay si ha encontrado una compañera y si se aman? Un hijo es solo una bendición».


Sin duda, los fieles de Borgo San Dalmazzo recordarán siempre las últimas palabras de don Claudio como sacerdote antes de la última bendición: «Solamente el amor construye una vida y la hace auténtica».

martes, 19 de agosto de 2014

Las esclavas sexuales del Japón imperial no perdonan

 

SOCIEDAD / VISITA DEL PAPA A COREA DEL SUR

PABLO M. DÍEZ / ENVIADO ESPECIAL A SEÚL ABC MADRID 19/08/2014   

Durante la Segunda Guerra Mundial, Japón raptó a 200.000 niñas asiáticas que utilizaba para satisfacer a sus tropas

Incluso siendo católica, la coreana Lee Yong-su, que tiene 87 años, jamás perdonará a Japón por convertirla de niña en una esclava sexual de sus tropas durante la Segunda Guerra Mundial.

«Es imposible que los perdone porque destrozaron mi vida», explica a ABC la anciana, que ayer se reunió con el Papa Francisco durante su última jornada en Seúl. Antes de marcharse de Corea del Sur, el Pontífice recordó la tragedia de las «mujeres del consuelo».

Así se conoce a las 200.000 jóvenes prisioneras, sobre todo coreanas, chinas, filipinas, taiwanesas e indonesias, que fueron utilizadas en los burdeles que regentaba el Ejército imperial nipón para elevar la moral de sus soldados.

«Espero que el Papa nos ayude a que Japón reconozca estos hechos», confió Lee Yong-su, quien nació en Daegu en 1929 y fue raptada una noche por los militares mientras dormía en su casa con solo 15 años. La impunidad del régimen colonial nipón era tal que, cuando sus padres se levantaron a la mañana siguiente, ella ya no estaba allí, sino camino de una base aérea de «kamikazes» en Taiwán.
«Aunque me resistí cuando me forzaron, me daban palizas y me torturaban con descargas eléctricas», recuerda la anciana. Obligada a satisfacer a varios hombres al día, Lee Yong-su pasó allí los dos últimos años de la guerra, hasta que pudo volver a Corea del Sur cuando los japoneses se rindieron en 1945.

Pero, cuando llegó a su casa, su madre la repudió y le dijo que estaba «maldita». Desde entonces, sobrevivió como pudo sin casarse y con la única ayuda de la Iglesia católica. En 1992, un grupo de activistas elaboró un registro de «mujeres del consuelo» para reivindicar su causa.

Desde 1996, un asilo atiende a una decena. Una de ellas, Kang Il-chun, de 83 años, fue raptada incluso más joven que Lee Yong-su. «Tenía 13 años y, tras volver del colegio, unos soldados vieron que estaba sola en mi casa, entraron y me llevaron a China, primero en un camión y luego en un tren con más jóvenes», desgrana la mujer.

«Conocer este drama»

 

Aunque las familias les decían a sus hijas que se escondieran si veían a los militares, Kang Il-chun era tan pequeña que no sabía lo que le esperaba. «Pensaba que me llevaban a una fábrica», se lamenta la mujer, que estuvo confinada en una base del Ejército en Changchun, al noreste de China. «Como tenía 13 años, "solo" debía satisfacer a cuatro o cinco hombres al día, pero otras chicas más mayores eran violadas a todas horas», cuenta la anciana, que aún se acuerda de «una niña de doce años que murió de tantos abusos».

Al terminar la guerra, tampoco pudo regresar a Corea, dividida entre el Norte comunista y el Sur capitalista. Sin recursos, se quedó en China. Acogida por unos coreanos que vivían en Changchun, empezó a trabajar como enfermera y, a los 18 años, se casó con un chino, con quien tuvo tres hijos. En 2000, regresó a Corea del Sur con un programa de repatriación gubernamental.

La mujer, que también se reunió con el Papa, espera que su visita sirva «para dar a conocer este drama». Pero, como Lee Yong-su, insiste en que «jamás perdonaré a los japoneses».

sábado, 19 de abril de 2014

“La Cosecha” Rabindranath Tagore (Poema 27)


 
                                       Estaba Sanatan rezando su rosario junto al Ganges, cuando llegó a él un Brahmín harapiento y le dijo: “¡Una limosna a este pobrecito!”
“He dado todo lo que tenía” le respondió Sanatan; “lo único que me queda es mi platillo”.
“Pues Siva, nuestro Señor, me ha visitado en sueños, y me ha dicho que viniera, dijo el Brahmín.
Sanatan recordó de pronto que había encontrado una piedra preciosa entre los guijarros de la ribera y que la había escondido en la arena, por si alguien la necesitaba.
Le dijo al Brahmín donde estaba la piedra y el Brahmín la desenterró pensativo. Y se sentó en el suelo y estuvo meditando en soledad hasta que el sol se puso tras los árboles y los pastores volvieron con los ganados a sus hogares.
Entonces se levantó, se fue despacio hasta Sanatan y le dijo: “Maestro lo que quiero es un pedacito de esa riqueza que desprecia todas las riquezas del mundo.”
Y echó la piedra preciosa al agua.

Traducción realizada por Zenobia Camprubí de Jiménez, en colaboración con su esposo, el poeta Juan Ramón Jiménez.
(Rabindranath Tagore. Obra escogida. Editorial Aguilar. Año 1955)



---¡COGEDLA, que no se os vaya! ¡Amarradla bien a la tierra!
Un viento no sé dónde, en un desorden de chispas de sol y estrellas de plata, rojas, verdes, de un día conmovido, rinde, de pronto, a los hombres desvelados una rama celeste, llena toda de los frutos del árbol único de la Verdad.

---¡Qué se nos va! ¡Por Dios que nos lleva! ¡Más fuerte!
Y la rama inmensa se levanta, de nuevo, en paz; se levanta, se pierde en el cielo…
Y el gran cielo azul y radiante se cierra tras ella, ordenando la momentánea revolución de día y  noche, las estrellas rosas, grises, de plata y las chispas de oro.
---¡Qué tristeza, qué tristeza, qué tristeza!
Pero el corazón es ya para siempre un cesto vacío, del tamaño del cielo de la aurora; nostálgico de la belleza inmortal, fruto de luz divina, que se le ha regalado un momento en la rama rendida del árbol único de la Verdad.
Juan Ramón Jiménez  (Introducción a “La Cosecha”)

Rabindranath Tagore

(06/05/1861 - 07/08/1941)


Poeta y filósofo indio

“Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”.


                       Nació el 6 de mayo de 1861 en Calcuta (India) en el seno de una familia de brahmanes rica e instruida, Tagore fue el menor de catorce hermanos.

Con 17 años publicó su primer libro de poemas. Pasó algún tiempo en Inglaterra (1878) donde cursó estudios de Derecho. Regresó a su país y no tardó mucho en convertirse en el autor más importante y famoso de la época colonial.

En 1883, se casó con una niña de diez años, con la que tuvo cinco hijos, varios de los cuales murieron pronto; ella falleció en 1902. Tagore no se volvió a casar.  Escribió en lengua bengalí. Su obra, muy imaginativa y profundamente religiosa, está impregnada por su amor a la naturaleza y a su tierra. Autor depoesía, cuentos, novelas y obras de teatro, además de componer centenares de canciones populares. En 1929 se inició en la pintura.

Devoto de la paz, denunció el nacionalismo en cualquier país, en cuya manifestación detectó uno de los peores males de su tiempo, opuesto al universalismo al que aspiraba. Intentó inspirar a los seres humanos un sentimiento de que había muchas cosas que los unían. Al igual que Gandhi, se opuso al determinismo de las castas; pero, a diferencia del gran líder hindú, estuvo lejos de profesar desdén por la cultura occidental. Internacionalista decidido y educador, en 1901 fundó en su propiedad bengalí la escuela Santiniketan, para la enseñanza de una mezcla de filosofías orientales y occidentales, que en 1921 se convertiría en la Universidad Internacional Visva-Bharati. Muchas opiniones de Tagore sobre nacionalismo, educación y diálogo entre culturas tienen aún validez intelectual, y algunas de sus ideas han atraído e influido a pensadores contemporáneos tanto en India como en otros países.

Tagore renovó la poesía y la prosa bengalíes, tanto La casa y el mundo como Gora, una juventud en la India son una buena muestra de su obra. Su tarea creativa fue incesante, y en 1912 despertó en Europa el interés por sus obras, especialmente en William Butler Yeats, que colaboró en la traducción de Gitanjali, cuya primera edición inglesa lleva un elogioso prólogo del gran lírico irlandés. Otro de sus admiradores fueEzra Pound, aunque después llegó a detestarlo. Su influencia también es clara en el primer Neruda. En 1913, le otorgaron el Premio Nobel de Literatura y dos años después el rey Jorge V le nombrócaballero, título al que renunció tras la matanza de Amritsar en 1919, cuando las tropas británicas mataron a 400 manifestantes indios.

Rabindranath Tagore falleció el 7 de agosto de 1941 en Santiniketan.


buscabiografias.com

viernes, 22 de noviembre de 2013

50 años de la muerte de C.S. Lewis: «me advirtieron que no confiase nunca en un papista»

2.11.13


A las 1:05 PM, por Juanjo Romero 
Categorías : La Tecla Invitada, Conversiones, Año de la Fe
Hoy, hace 50 años morían A. Huxley y C.S. Lewis. También John F. Kennedy, que se llevará todas las portadas y a mi, personalmente, me parece el menos relevante de los tres.
Supongo que la conversión y el impacto de la obra de Lewis es conocida (tanto por Narnia como por sus otras, y más interesantes obras). Ya hablé de ello hace un año, no voy a repetirme.
Quizá un estupendo resumen sobre su «camino» de conversión lo ha escrito José Ramón Ayllónen su libro «Dios y los náufragos». Se lo tomo prestado. Como escribe muy bien y está salteado de citas no se nota la extensión.
En cualquier caso es una conversión (no dio el último paso al catolicismo, se quedó en el anglicanismo) en la que tienen mucho que ver sus amigos católicos J.R.R Tolkien y Hugh Dyson. Una conversión que nos interpela a todos y que me recuerda siempre a los amigos del paralítico del Evangelio, «al ver la fe de esos hombres…» (Mc, 2, 3-5).
Así lo cuenta José Ramón…
C. S. Lewis fue un hombre lleno de amigos, libros y alumnos. Nació en 1898, y en 1925 ya enseñaba filosofía y literatura en Oxford. Hasta su muerte en 1963 fue un profesor eminente, autor de célebres ensayos, cuentos y libros de texto. Su vida está marcada por su conversión al cristianismo a la misma edad que San Agustín. Ese giro radical lo explica y justifica en un puñado de libros escritos con un estilo vivo y una lógica apabullante. Lewis domina el arte de argumentar. Su dialéctica apura la ironía y la sutileza, tal y como confiesa haber aprendido de uno de sus profesores:
«Si alguna vez ha existido un hombre que fuera casi un ente puramente lógico, ese hombre fue Kirk (…). Le asombraba que hubiera quien no deseara que le aclarasen algo o le corrigiesen (…). Al final, a menos que me sobreestime, me convertí en un »sparring« nada despreciable. Fue un gran día aquél en que el hombre que durante tanto tiempo había peleado para demostrar mi imprecisión, me acabó advirtiendo de los peligros de tener una sutileza excesiva».

Ateo pero razonable

Lewis era ateo porque, desde la temprana muerte de su madre, sentía el universo como un espacio terriblemente frío y vacío, donde la historia humana era en gran parte una secuencia de crímenes, guerras, enfermedades y dolor.
«Si me piden que crea que todo esto es obra de un espíritu omnipotente y misericordioso, me veré obligado a responder que todos los testimonios apuntan en dirección contraria».
Pero esta argumentación no era, ni mucho menos, definitiva:
«La solidez y facilidad de mis argumentos planteaban un problema: ¿Cómo es posible que un universo tan malo haya sido atribuido constantemente por los seres humanos a la actividad de un sabio y poderoso creador? Tal vez los hombres sean necios, pero es difícil que su estupidez llegue hasta el extremo de inferir directamente lo blanco de lo negro».

La auténtica verdad de su ateísmo

En cualquier caso, Lewis se sentía más cómodo en su ateísmo:
«Para un cobarde como yo, el universo del materialista tenía el enorme atractivo de que te ofrecía una responsabilidad limitada. Ningún desastre estrictamente infinito podía atraparte, pues la muerte terminaba con todo (…). El horror del universo cristiano era que no tenía una puerta con el cartel de ‘Salida’».
En 1917 se incorpora al frente francés de la primera guerra mundial. Un año más tarde cae enfermo y es enviado al hospital de Le Tréport, donde permanecerá tres semanas.
«Fue allí donde leí por primera vez un ensayo de Chesterton. Nunca había oído hablar de él ni sabía qué pretendía. Tampoco puedo entender demasiado bien por qué me conquistó tan inmediatamente. Se podría esperar que mi pesimismo, mi ateísmo y mi horror hacia el sentimentalismo hubieran hecho que fuera el autor con el que menos congeniase (…). Al leer a Chesterton, como al leer a MacDonald, no sabía dónde me estaba metiendo».

Conexiones intelectuales

Al acabar la guerra estudia en Oxford filosofía y literatura inglesa. Son años de intensa formación intelectual y de innumerables lecturas. Pero sus libros y autores preferidos no compartían su visión de la vida:
«Todos los libros empezaban a volverse en mi contra (…). George MacDonald había hecho por mí más que ningún escritor, pero era una pena que estuviese tan obsesionado por el cristianismo. Era bueno a pesar de eso. Chesterton tenía más sentido común que todos los escritores modernos juntos…, prescindiendo, por supuesto, de su cristianismo. Johnson era uno de los pocos autores en los que me daba la impresión de que se podía confiar totalmente, pero curiosamente tenía la misma chifladura. Por alguna extraña coincidencia a Spencer y Milton les pasaba lo mismo. Incluso entre los autores antiguos iba a encontrar la misma paradoja. Los más religiosos (Platón, Esquilo, Virgilio) eran claramente aquellos de los que podía alimentarme de verdad. Por otro lado, con los escritores que no tenían la enfermedad de la religión y con los que, teóricamente, mi afinidad tenía que haber sido total (Shaw, Wells, Mill, Gibbon, Voltaire), ésta afinidad me parecía un poco pequeña. No era que no me gustaran. Todos ellos eran entretenidos, pero nada más. Parecían poco profundos, demasiado simples. El dramatismo y la densidad de la vida no aparecían en sus obras».

Profesor con prejuicios

Terminó sus estudios con las máximas calificaciones y pasó a formar parte del claustro de profesores del Magdalen College. Allí, nuevos amigos provocarán «la caída de los viejos prejuicios»:
Al entrar por primera vez en el mundo me había advertido (implícitamente) que no confiase nunca en un papista, y al entrar por primera vez en la Facultad (explícitamente), que no confiara nunca en un filólogo. Tolkien era ambas cosas.
En el Magdalen enseña filosofía, pero su aguado hegelianismo no le resulta muy útil a la hora de enfrentarse a una tutoría:
Un tutor debe aclarar las cosas, y yo no podía explicar el Absoluto de Hegel. ¿Te refieres a nadie-sabe-qué, o te refieres a una mente sobrehumana y por tanto (también podemos admitirlo) a una persona?

Conversión

Cada vez intelectualmente más cerca

Cuando vuelve a leer a Chesterton, el ateísmo de Lewis tiene los días contados.
«Después leí el Everlasting Man de Chesterton, y por primera vez vi toda la concepción cristiana de la historia expuesta de una forma que parecía tener sentido (…). No hacía mucho que había terminado el Everlasting Man cuando me ocurrió algo mucho peor. A principios de 1926, el más convencido de todos los ateos que conocía se sentó en mi habitación al otro lado de la chimenea y comentó que las pruebas de la historicidad de los Evangelios eran sorprendentemente buenas. ‘Es extraño’, continuó, esas majaderías de Frazer sobre el Dios que muere. Extraño. Casi parece como si realmente hubiera sucedido alguna vez. Para comprender el fuerte impacto que me supuso tendrías que conocer a aquel hombre (que nunca ha demostrado ningún interes por el cristianismo). Si él, el cínico de los cínicos, el más duro de los duros, no estaba a salvo, ¿a dónde podría volverme yo? ¿Es que no había escapatoria?»

Conversión al cristianismo

Lewis se siente acorralado y nos describe su situación con una imagen muy británica:
«La zorra había sido expulsada del bosque hegeliano y corría por campo abierto ‘con todo el dolor del mundo’, sucia y cansada, con los sabuesos pisándole los talones. Y casi todo el mundo pertenecía a la jauría: Platón, Dante, MacDonald, Herbert, Barfield, Tolkien, Dyson, la Alegría. Todo el mundo y todas las cosas se habían unido en mi contra».
Siente entonces que su Dios filosófico empieza a agitarse y a levantarse, se quita el sudario, se pone en pie y se convierte en una presencia viva. La filosofía deja de ser un juego lógico desde que ese Dios renuncia a la discusión y se limita a decir: «Yo soy el Señor».
«Debes imaginarme solo, en aquella habitación del Magdalen, noche tras noche, sintiendo, cada vez que mi mente se apartaba del trabajo, el acercamiento continuo, inexorable, de Aquél con quien, tan encarecidamente, no deseaba encontrarme. Al final, Aquél a quien temía profundamente cayó sobre mí. Hacia la festividad de la Trinidad de 1929 cedí, admití que Dios era Dios y, de rodillas, recé. Quizá fuera aquella noche el converso más desalentado y remiso de toda Inglaterra».
«Hasta entonces yo había supuesto que el centro de la realidad sería algo así como un lugar. En vez de eso, me encontré con que era una Persona».
Y el día que identifica a Jesucristo con esa Persona sabrá que ha dado su último paso, y lo recordará siempre:
«Me llevaban a Whipsnade una mañana soleada. Cuando salimos no creía que Jesucristo fuera el Hijo de Dios, y cuando llegamos al zoológico, sí. Pero no me había pasado todo el trayecto sumido en mis pensamientos, ni en una gran inquietud (…). Mi estado se parecía más al de un hombre que, después de dormir mucho, se queda en la cama inmóvil, dándose cuenta de que ya está despierto».

El problema del dolor

Parece necesario en este mundo

El ateísmo de Lewis había sido fruto de su pesimismo sobre el mundo:
«Algunos años antes de leer a Lucrecio ya sentía la fuerza de su argumento, que seguramente es el más fuerte de todos en favor del ateísmo: Si Dios hubiera creado el mundo, no sería un mundo tan débil e imperfecto como el que vemos».
Años después de su conversión, en 1940, Lewis escribe por encargo The problem of pain (El problema del dolor). Si Dios fuera bueno y todopoderoso, ¿no podría impedir el mal y hacer triunfar el bien y la felicidad entre los hombres? En esas páginas que se han hecho famosas, Lewis reconoce que «es muy difícil imaginar un mundo en el que Dios corrigiera los continuos abusos cometidos por el libre albedrío de sus criaturas. Un mundo donde el bate de béisbol se convirtiera en papel al emplearlo como arma, o donde el aire se negara a obedecer cuando intentáramos emitir ondas sonoras portadoras de mentiras e insultos».
«En un mundo así, sería imposible cometer malas acciones, pero eso supondría anular la libertad humana. Más aún, si lleváramos el principio hasta sus últimas consecuencias, resultarían imposibles los malos pensamientos, pues la masa cerebral utilizada para pensar se negaría a cumplir su función cuando intentáramos concebirlos. Y así, la materia cercana a un hombre malvado estaría expuesta a sufrir alteraciones imprevisibles. Por eso, si tratáramos de excluir del mundo el sufrimiento que acarrea el orden natural y la existencia de voluntades libres, descubriríamos que para lograrlo sería preciso suprimir la vida misma».

Un «megáfono» de Dios

Pero esto no muestra el sentido del dolor, si es que lo tiene. Ni demuestra que Dios pueda seguir siendo bueno cuando lo permite. Para intentar expliclar este misterio Lewis recurre a la que quizá sea la más genial de sus intuiciones. «El dolor, la injusticia y el error –nos dice– son tres tipos de males con una curiosa diferencia: la injusticia y el error pueden ser ignorados por el que vive dentro de ellos, mientras que el dolor, en cambio, no puede ser ignorado, es un mal desenmascarado, inequívoco: toda persona sabe que algo anda mal cuando ella sufre. Y es que Dios –afirma Lewis– nos habla por medio de la conciencia, y nos grita por medio de nuestros dolores: los usa como megáfono para despertar a un mundo sordo».
Lewis explica que «un hombre injusto al que la vida sonríe no siente la necesidad de corregir su conducta equivocada. En cambio, el sufrimiento destroza la ilusión de que todo marcha bien».
«El dolor como megáfono de Dios es, sin la menor duda, un instrumento terrible. Puede conducir a una definitiva y contumaz rebelión. Pero también puede ser la única oportunidad del malvado para corregirse. El dolor quita el velo de la apariencia e implanta la bandera de la verdad dentro de la fortaleza del alma rebelde».
Lewis no dice que el dolor no sea doloroso. «Si conociera algún modo de escapar de él, me arrastraría por las cloacas para encontrarlo». Su propósito es poner de manifiesto lo razonable y verosímil de la vieja doctrina cristiana sobre la posibilidad de perfeccionarse por las tribulaciones.

¿Dios o las leyes de la naturaleza?

Las leyes de naturaleza son posteriores

A Lewis le cuenta un amigo el caso de una pobre mujer que cree que su hijo sobrevivió a la batalla de Arnhem porque ella rezó por él. Sería cruel explicarle que, en realidad, sobrevivió porque se hallaba un poco a la izquierda o un poco a la derecha de las balas, que seguían una trayectoria prescrita por las leyes de la naturaleza.
Lewis responde que «la bala, el gatillo, el campo de batalla y los soldados no son leyes de la naturaleza, sino cosas que obedecen a las leyes. Y lo ilustra con este ejemplo: podemos añadir cinco dólares a otros cinco, y tendremos diez dólares, pero la aritmética por sí misma no pondrá un solo dólar en nuestros bolsillos. Eso significa que las leyes explican todas las cosas excepto el mismo origen de las cosas, y esa es una inmensa excepción».
Lewis concluye su argumentación con una deslumbrante comparación literaria:
«En ‘Hamlet‘ se rompe una rama y Ofelia cae al río y se ahoga. ¿Ocurre el suceso porque se rompe la rama o porque Shakespeare quiere que Ofelia muera en esa escena? Puedes elegir la respuesta que más te guste, pero la alternativa no es real desde el momento en que Shakespeare es el autor de la obra entera